Todos los días han de ser 8 de marzo, todos los días han de ser feministas

Siempre suelo hacer alguna actividad específica con mi alumnado en torno al 8 de marzo, esta semana, con 22 alumnas y 1 alumno de 2º de Grado en Trabajo Social, reflexionamos sobre corresponsabilidad, por una parte, y liderazgos feministas, por otra; no voy a contar a quiénes consideran líderes y referentes, eso daría para otro post, pero cuando pregunté si sabían por qué se conmemoraba el 8M, sólo una alumna acertó a decir algo sobre una fábrica en la que habían muerto muchas mujeres… Pregunté si en sus IES habían trabajado sobre el origen de esta fecha y, aunque mayoritariamente dijeron que sí, salvo alguna excepción, lo trabajado se reducía a carteles sobre igualdad y algunas charlas… Está visto que esas charlas no permearon demasiado. ¿Qué hemos de hacer para que el feminismo cale profundamente? Tengo la sensación, en muchos casos, que se queda en la superficie, que se piensa que todo está logrado cuando, paradójicamente, los chicos jóvenes reactivan cada vez más ante la igualdad. Estamos asistiendo a un retroceso brutal y a discursos abiertamente machistas, legitimados desde el poder político (pinchad aquí, sin ir más lejos) que están calando en una parte de la población más rápidamente que siglos de feminismo. Algo nos tenemos que replantear.  Sigue leyendo Todos los días han de ser 8 de marzo, todos los días han de ser feministas

Postureo

Recientemente asistí a unas jornadas organizadas por la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, en las que uno de los ponentes, hablando sobre los riesgos de internet y la gratuidad de las redes sociales, recordó la famosa frase “si no pagas por algo, no eres el cliente, eres el producto”. Esto me hizo reflexionar sobre la media de horas que las y los adolescentes pasan “empantallados”; este curso, una alumna me dijo que el control de bienestar digital de su móvil decía que, en las últimas 24 horas, 15 las había pasado online. Recientemente también he descubierto el ASMR, cosa que al parecer todo el mundo adolescente y joven conoce (y las viejunas como yo no, por ello tienen más información aquí). Esta semana hice una encuesta a mano alzada en una de mis asignaturas en la universidad, y de un grupo de 50 personas, un 95% conocían los vídeos de ASMR, y algo más de un 10% los usaban habitualmente, incluso prescritos por profesionales de la psicología, para dormir o relajarse. Y eso me hizo plantearme el porqué necesitan experimentar esas sensaciones a través de pantallas; tengo la impresión de que pasar tal número de horas recibiendo estímulos en redes sociales nos desconecta de la vida fuera de éstas. Muchísimas personas viven más tiempo viendo vídeos de YouTube que interactuando con su familia, amistades o disfrutando de la naturaleza; existe tal desconexión del mundo offline que necesitamos esa conexión constante con el mundo online. Y eso es preocupante, mucho. Si vamos por la calle vemos a bebés en cochecitos con pantallas en sus manos, criaturas que apenas inician sus primeros pasos y ya les dejan “jugar” con un móvil (esta misma semana he visto varias situaciones en ese sentido). El problema es que no es un juego, del uso al abuso, y de ahí a la adicción, van pocos pasos.  Sigue leyendo Postureo

Mujeres intensas

A lo largo de mi vida, he tenido el privilegio de conocer y rodearme de mujeres empoderadas, sabias y luchadoras, feministas la mayoría, de quienes he aprendido mucho y a quienes agradezco que hayan estado o sigan presentes en mi vida. El pasado 26 de enero tuvo lugar un acto, en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la Universidad de La Laguna, en el que participaron dos de esas mujeres. Por un lado, Clara Bredy Domínguez, amiga querida y colega de profesión que presentaba su libro “Yo, intensa” y por otro, Olga Mesa Jorge, asesora editorial y acompañante de Clara en su travesía literaria, además de directora “Culturalias”.  Sigue leyendo Mujeres intensas

«Lo importante es que sea feliz»

Últimamente he escuchado en varias ocasiones, en el contexto educativo, la expresión: no importa si no aprende, lo importante es que sea feliz. Y me pregunto si es incompatible aprender y ser feliz. ¿En qué momento dejamos de intentar que el aprendizaje sea una experiencia placentera? Creo que es un deber docente enseñar de forma amena, motivadora y transmitir la importancia que tiene la adquisición de conocimientos para nuestro desarrollo personal. Es cierto que hay contenidos tediosos y que no nos van a resultar funcionales a lo largo de nuestra vida, pero como dice aquella proverbial frase, que me transmitieron en mi familia, el saber no ocupa lugar.  Sigue leyendo «Lo importante es que sea feliz»

Y después del 25 N, ¿qué?

Después de décadas de militancia feminista y de encabezar manifestaciones contra las violencias machistas, llevo un par de 25 N sin participar en actos de este tipo. Eso no quiere decir que no haga nada porque siempre en la universidad dedico una clase a abordar el tema, pero cada vez me cuesta más soportar determinadas incoherencias.  Sigue leyendo Y después del 25 N, ¿qué?

Cómo sobrevivir a la sociedad del malestar

Los modernos estados de bienestar sitúan sus orígenes a finales del siglo XIX con la legislación social desarrollada por Bismarck en Alemania, pero se consolidan a partir de la II Guerra Mundial con el fin de garantizar derechos sociales a la ciudadanía y un marco de convivencia basado en los Derechos Humanos. Décadas después, el siglo XXI no ha supuesto la reafirmación del bienestar, más bien al contrario, nos encontramos en un mundo desgarrador y generador de malestar y sufrimiento.  Sigue leyendo Cómo sobrevivir a la sociedad del malestar

Es algo más que un beso

Este verano las deportistas españolas nos han deparado grandes alegrías, enturbiadas por el machismo y la violencia de los señoros de turno. Pero esto va más allá de lo sucedido a Jenni Hermoso, el beso no deseado es un símbolo de lo que llevamos las mujeres soportando años, siglos,… ¿Por qué ahora? Porque estamos hartas, porque el beso ha sido la gota que ha colmado el vaso de los abusos de poder. Porque esto va de eso, de poder.  Sigue leyendo Es algo más que un beso

Hechos, no palabras. Reflexiones preelectorales

Cuando dejé el activismo feminista dije que seguiría siendo feminista a pesar de las feministas (aunque lo correcto es matizar: a pesar de algunas feministas). En el feminismo he conocido las pensadoras más lúcidas y las mujeres más maravillosas del mundo y también a quienes se dicen feministas y acaban haciendo políticas en contra de nuestros derechos y bienestar. Por eso, a partir de ahora creo que es más importante fijarnos en los actos más que en las palabras, especialmente en momentos en los que la mentira se ha instalado en nuestras vidas como forma de comunicación política.  Sigue leyendo Hechos, no palabras. Reflexiones preelectorales

Violeta y roja. Reflexiones postelectorales

Que volvamos a tener un país gobernado por la derecha y la ultraderecha en buena parte de territorios que fueron tradicionales feudos de la izquierda tiene múltiples interpretaciones y resultaría simplista reducirlas sólo a una o dos razones, voy a intentar hacer un sencillo análisis de lo ocurrido, con la esperanza de que no se vuelva a repetir:  Sigue leyendo Violeta y roja. Reflexiones postelectorales

Las quitaniños en el lado oscuro. Reflexiones sobre estereotipos e identidad profesional del Trabajo Social

El pasado viernes 12 de mayo de 2023 tuvo lugar en la sede de Presidencia del Gobierno de Canarias una jornada formativa organizada por la administración pública sobre “El acompañamiento desde el modelo de parentalidad terapéutica” impartida por un señor al que no voy a hacer más publicidad de la que ya tiene, y del que diré que es psicopedagogo, educador social y formador en estas cuestiones de la crianza protectora de criaturas. En una sala repleta de profesionales de la intervención social, el ponente comenzó la sesión planteando una elección: si preferían una intervención sesuda y muy académica o algo divertido y dinámico, por supuesto, el público eligió lo divertido, introduciendo la formación con algunos vídeos rockeros, que oye, que la música está muy bien y puede resultar muy terapéutica en la crianza (salvo que sea reguetón sexista)… pero prosigamos. También indicó que quería conocer los perfiles profesionales allí presentes y comenzó a preguntar para que el auditorio indicara, a mano alzada, a qué perfil pertenecían. La situación se desarrolló, más o menos, de la siguiente forma (el vídeo, ya que la sesión fue presencial y en streaming, no se encuentra disponible en el momento de redactar este post por lo que no se puede transcribir literalmente):

  • ¿Quiénes son de psicología? (levantan la mano las personas presentes)
  • ¿Quiénes son de pedagogía? (ídem)
  • ¿Quiénes son educadores/as sociales? (ídem)
  • ¿Quiénes son trabajadoras/es sociales, esas que quitan los niños a las familias? (levantan la mano) a lo que añade el ponente: ya notaba yo la oscuridad por ahí (refiriéndose a donde estaban sentadas)
  • ¿Quiénes son de integración social?

Fueron nombrados múltiples perfiles profesionales del ámbito de la intervención social y sólo con las trabajadoras sociales se permite hacer semejante “broma”. Me consta que a muchas personas les puede parecer divertido, pero considero que no tiene nada de gracioso que desde un foro profesional y desde una jornada formativa promovida por una entidad pública se siga perpetuando un estereotipo semejante (“quitaniños”) sobre el Trabajo Social, por no añadir lo de que en donde estaban situadas las trabajadoras sociales presentes se notaba “oscuridad”.  Sigue leyendo Las quitaniños en el lado oscuro. Reflexiones sobre estereotipos e identidad profesional del Trabajo Social