El final del verano llegó…

En este caso no creo que pueda cantar aquello de «y tú partirás» (espero), lo que sí quiero que parta de una puñetera vez es la dichosa «crisis». La vuelta al cole nos ha traído recortes significativos en educación y en otros sistemas.

Ahora el Gobierno de Canarias ha creado una «supercomisión» de «expertos» anticrisis para ver por dónde le meten tijeretazo a los presupuestos de nuestra Comunidad Autónoma. ¿Hacemos apuestas?  Las políticas de igualdad, la educación, la sanidad, los servicios sociales,… (eso que dicen que nunca tocan) apuesto a que será lo más afectado, mientras que el bolsillo de nuestros dirigentes, banqueros y demás ralea seguirá intacto.

Este verano he intentado contribuir de manera modesta al fin de la crisis y he cancelado mi cuenta en el Santander. Ya Botín no podrá engrosar más su fortuna a costa de mis comisiones. Por lo demás, el verano ha pasado demasiado rápido y con demasiados achaques… me hago mayor.

El otoño se presenta «calentito», y hoy nunca mejor dicho, más de 30 grados a las 8 de la tarde. Una huelga general (que no comparto) y un período preelectoral en el que nos bombardearán con mentiras varias para luego perderse en el vacío y unas penosas alternativas en Canarias a la bicefalia CC-PP, ¡qué triste! Cuatro años así y me plantearé seriamente pedirle asilo político a alguien (pensé en Obama, pero tampoco es que haya muchos políticos que me inspiren para lo del asilo). Eso sí, hoy hemos tenido una buena noticia: Michelle Bachelet presidirá ONU-Mujeres, la nueva macroagencia de Naciones Unidas encargada de luchar contra las desigualdades de género.

Y la última noticia postveraniega, ¡el otro día me fui de compras con mi amiga Mónica! Y uds. me dirán: ¡eso no es noticia! (aunque podría serlo, voy poco de compras). Realmente ocurren cosas más interesantes en el mundo, cierto, pero paseando por S/C, y al margen de haber comprado unas toallas muy buenas de oferta, pasamos por una tienda, cuyo nombre no voy a mencionar para no hacerle publicidad, y casi nos da un infarto cuando vimos en el escaparate un vestido que costaba 1.056 €. Creo que eso sí es noticia, que alguien pueda gastarse 1.056 € en un vestido cuando familias enteras malviven con 400 € y no llegan a fin de mes. Es indignante, indecente e inmoral.

Espero no vérselo puesto a ninguna de las políticas que nos gobiernan y, evidentemente, tampoco a las de la oposición.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *