Hoy es un día histórico. No sólo porque comienzo mis vacaciones veraniegas después del peor curso escolar de mi historia, que ya es importante, sino porque se cumple el quinto aniversario de la aprobación de la Ley de matrimonios homosexuales y España no se ha roto, es más, hemos llegado a cuartos sin mayores problemas.
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Ayer fue el Día de Canarias y hoy es fiesta! Esto de que los días festivos pillen en domingo es una gozada porque así el fin de semana se alarga y podemos aprovecharnos del adelantado verano que ya disfrutamos en Canarias vagueando en la playita (o en mi caso, en la piscina de casa que es más cómoda y cercana, aunque en fiestas todo el vecindario piensa lo mismo y parece Las Teresitas en hora punta).
Tengo mi blog abandonado. Y no es que no haya cosas que contar, o tal vez sea eso, que hay tanto que no sé por dónde empezar. El acoso y derribo a Garzón me ha tenido un poco «traumatizada» preguntándome hacia dónde va la justicia en este país. Esta semana justamente la 2 ha pasado, supongo que sin pena ni gloria, una película, para mí bastante buena, que aludía a uno de los procesos iniciales más sonados de Garzón: la lucha contra el narcotráfico. La película es «Heroína» y es absolutamente recomendable, sobre todo porque refleja la lucha real de una auténtica heroína gallega, Carmen Avendaño, que se enfrentó en su momento, en la década de los 80, cuando la droga enganchaba a cientos de jóvenes en Galicia a los narcotraficantes más poderosos de las Rías Baixas (Sito Miñanco o Laureano Oubiña, entre otros, detenidos en la famosa operación Nécora).
Un año más recordamos las desigualdades de género. Un año más reivindicamos derechos, oportunidades,… ciudadanía. Un año especial, en el que celebramos, precisamente, que hace 100 años, Clara Zetkin propusiera esta fecha en la Internacional Socialista de Mujeres para recordar que ser mujer en el mundo no es fácil (que dirían en Cuba). Un doble centenario, ya que también conmemoramos el acceso de las mujeres a la Universidad promovido por Emilia Pardo Bazán, y ¡parece mentira! que 100 años después, y pese a acceder masivamente a la Universidad (en nuestro contexto, no hablo de otros países), nos encontremos con similares discriminaciones a las que vivieron nuestras antecesoras.
Les voy a contar un cuento. Hace muchos, muchos años… (bueno, no tantos, en 1996) surge una Fundación denominada «Fundación Canaria para el Desarrollo Social», más conocida como FUNDESCAN, amparada y promovida por el sindicato UGT. Según el DRAE (22ª edición), un sindicato es una «Asociación de trabajadores (y trabajadoras, aunque esto no lo pone el diccionario) constituida para la defensa y promoción de intereses profesionales, económicos o sociales de sus miembros». Desde su creación en 1996, FUNDESCAN crece y crece, trabajando principalmente en proyectos de formación para personas desempleadas y ocupadas, emprendeduría, cooperación al desarrollo, y mira tú por donde, en proyectos relacionados con mujeres y violencia de género.
Soy palmera de nacimiento, chicharrera de adopción durante 15 años y candelariera de ubicación desde hace 8. Vivo en un municipio que rezuma identidad canaria por los cuatro costados: tenemos a
Supongo que casi todas las personas que leen este blog ya lo saben, pero por si queda alguien despistada/o, puede visitar la web de la Asociación Contramarea, leer el Manifiesto que está en su página de inicio y firmar el manifiesto si está de acuerdo.
Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, prevaricación, del latín praevaricatĭo, -ōnis, significa: Der. Delito consistente en dictar a sabiendas una resolución injusta una autoridad, un juez o un funcionario.
Hoy (1 de febrero de 2010) leo con asombro en El País una noticia increíble, tan increíble que cualquiera con un mínimo de sentido común pensaría que no es cierta, pero desgraciadamente sí lo es: el Tribunal Supremo ha rebajado en cinco años la condena a un maltratador (reincidente) que dejó tetrapléjica a su exmujer (bueno, él en realidad pensó que la había dejado muerta).
Hacía muchos años que no asistía a una Cabalgata de Reyes (una se enteró hace mucho que, al margen de las monarquías al uso, no existen muchos más «reyes magos»), pero este año la «novelería» de ir con unas amigas y la motivación de ver a otras colegas desfilando, hicieron que acudiera a la cabalgata de mi municipio. Y, caray! cómo cambian los tiempos desde que no iba a las cabalgatas…
En estos días donde se oye tontada tras tontada, se reciben sms deseándote lo que no te han deseado los 364 días restantes del año y te atiborras de turrón y cava para pasar las fiestas lo más anestesiada posible… es bueno hacer balance de un año que llega a su fin y que nos pone a las puertas de una nueva década del siglo XXI.