Spain is different

A un país que juzga a quien investiga las violaciones de Derechos Humanos que supusieron los crímenes franquistas en lugar de juzgar a quienes los cometieron, le falla algo. Le falla su sentido de la ética, de la justicia universal,… de lo que es decente. Por si España no tuviera bastante publicidad como sitio de «fandango y pandereta», o de sol y playa, ahora es famosa en el mundo entero por juzgar al emblemático juez Garzón, que creo que se le podrá acusar de muchas cosas pero no precisamente de prevaricador. A partir de ahora nos podremos promocionar en Fitur con tours guiados de corrupciones y fascistadas varias, que será lo más destacable que este país podrá ofrecer al mundo al paso que vamos.

Y mientras «Manos Limpias» nos ameniza esta semana, la atención sobre los recortes del gobierno y la futura recesión económica que se avecina pasará más desapercibida al tiempo que los bolsillos de banqueros y otra ralea se siguen llenando y los de la gente honrada y trabajadora se vacían.

Una que no entiende de políticas macroeconómicas se pregunta cómo se puede reactivar una economía y crear empleo, subiendo los impuestos a la población trabajadora = menos dinero para consumir + desempleo al estancarse el consumo. ¿Y realmente alguien se traga que así se va a solucionar la crisis?

El estreno

Con unos 10 millones de votantes (lo que quiere decir que la mayoría de este país no les quiere), PPfilms se complace en presentar su mejor película para los próximos cuatro años «Pesadilla después de Navidad». En el estreno, de ministro de crisis varias, De Guindos, que no, que parece que no se ha caído de ningún guindo, todo lo contrario, se ha caído de Lehman Brothers, sí, sí, esos que provocaron y contribuyeron a la crisis de la que nos «va a sacar» el PP, huy, que no, que ahora vamos a entrar en recesión; bueno, no se preocupen, que eso no afectará al bolsillo de los nuevos actores y actrices. También hemos podido ver en el estreno a nuestra nueva y flamante «superpoderes» Sáenz de Santamaría, ahí, dando ejemplo de que las mujeres, como todo el mundo sabe, somos superwoman. También tenemos al «chachiprogre» de los fachas, Gallardón, portada de la difunta «Zero». ¿Se atreverá desde el Ministerio de Justicia a derogar leyes como la del matrimonio homosexual después de haber sido portada de la revista gay por excelencia del mercado patrio?

El reparto de esta película continúa con un plantel de estrellas próximas a los mercados y a la Iglesia, católica, por supuesto, como debe ser en esta nueva etapa de austeridad y rectitud moral que ahora comienza. Ya está bien de tanto «perroflauta» y de tanto progre izquierdoso, ya está bien de tanta feminista abortista destructora de la familia; es hora de «sumarse al cambio» para hacer de esta España nuestra, una, grande y libre!!!

En estos primeros días de promoción del film, hemos podido ver algunos trailers, el primero protagonizado por Arias Cañete y el segundo por Ana Mato. Cañete, ni corto ni perezoso, hizo gala de la igualdad interiorizada que caracteriza al PP, y en un Foro de Debate en Jaén, afirmó que «a los regadíos hay que manejarlos como a las mujeres, con mucho cuidado, que le pueden perder a uno«. Y es que ya se sabe, las mujeres son la perdición del hombre, de esta tierra, y de todo lo que se les ponga por delante… por eso algunos las matan, pero no son crímenes por violencia de género, violencia machista o violencia patriarcal, NOOOOOO, son «violencia en el entorno familiar«; el segundo trailer de la película nos adelanta la posible modificación de la Ley Integral contra la violencia de género para hacer una ley como Dios manda, que incluya que las mujeres son malas y violentas, y que eso de la desigualdad de género son tontadas y paparruchas inventadas por las perversas feministas para poner en entredicho los santos preceptos vaticanos, neoliberales y conservadores que tanta gloria han dado a este país en épocas no tan lejanas.

Y es que no sé cómo hemos podido vivir tanto tiempo en esta perdición de la izquierda. Gracias Rajoy por ese gobierno no paritario (y es que donde se ponga el mérito y el esfuerzo que se quiten las mujeres y las cuotas), gracias Rajoy por conducirnos por el imperio hacia Dios, por devolvernos la sana costumbre que hará que la familia que rece unida permanecerá unida. ¡Qué ciega he estado tanto tiempo!

¡Arriba España!

¡Que disfruten de la película…!  que alcanzará tanto «éxito» que durará, como poco, cuatro años… si Dios quiere, (a ver si nos vamos acostumbrando a acabar las frases como Dios manda).

En estado de shock

Así es como estoy aún después del resultado de las elecciones, por eso (y por otras razones) he tenido «abandonaíto» el blog. La marea azul me ha hundido en una profunda crisis, paralela a la del PSOE, sólo espero que el PSOE se recupere más pronto que yo, que tardaré al menos cuatro años en superar el shock. A los resultados electorales se le han ido sumando «agradables» noticias que han ido jalonando estos días de más angustia y zozobra: el resurgimiento del franquismo, el culebrón del pelotazo de Las Teresitas (esto para quien resida fuera de Tenerife es difícil de resumir en pocas líneas, pero como el caso Urdangarín o el Gürtel son sobradamente conocidos más allá de nuestras fronteras, a ellos remito por la similitud de las tramas, resumiendo: corrupción a mansalva y muy poquita vergüenza con «lo público», que es de todas y todos, cosa que se olvida fácilmente), la violencia de género que no cesa (pese a recordar el 25 de noviembre que siguen siendo necesarios recursos y razones para erradicarla), el intento de asesinato de Norma Andrade o la mujer cuya hija pedía que curaran a su mamá muerta, son sólo algunas de las «buenas» noticias que nos ha dejado este período pre-navideño. Todo ello aderezado, eso sí, con la sempiterna crisis, que no falta tampoco para estas navidades.

Y mientras hay quien se pregunta si el rey dará el mensaje navideño con gafas de sol (preguntas, por supuesto, de gran trascendencia vital), algunas pensamos los deseos para pedir a las reinas magas para el próximo 2012, pero eso, creo que será objeto de otro post.

De momento, me seguiré preguntando por qué en un país mayoritariamente progresista ha triunfado la derecha con una aplastante mayoría. Y terminaré de leer «Las mil frases más feroces de la derecha de la caverna» de José Mª Izquierdo, para hacerme una idea de lo que se nos avecina. De momento, un adelanto:

«Nos habían parecido hijas de una imaginación calenturienta aquellas descripciones de los aquelarres que hallamos en las crónicas medievales, donde las brujas perpetran sacrificios de niños y se enardecen embadurnándose con su sangre, hasta alcanzar un éxtasis demoníaco. Ahora,  a la vista de ese barco abortista que ha atracado en Valencia (16 octubre 2008), comprobamos que aquellos cronistas no exageraban: las brujas, en efecto, existen, y celebran aquelarres, y sacrifican niños, y se embadurnan gozosamente con su sangre, para hacerse dignas ante los ojos de su dueño. Las hemos visto recibir al barco abortista con cánticos, como si estuvieran exultantes de júbilo; y vaya si lo estaban: pues nada regocija tanto a los siervos del demonio como comprobar que su dueño se enseñorea del mundo».

Juan Manuel de Prada, ABC, 18-10-2008

Pues lo dicho, ya lo saben, somos brujas!!! Gracias que de Prada, nos lo ha descubierto. Y de postre, otra «perla»:

«El camino de la igualdad por decreto ha llevado a las mujeres a lugares absurdos, algunos tan extremos como la guerra, donde son violadas por sus propios compañeros (en caso de peligro de muerte, el hombre, por lógica evolutiva, tiende a la violación como estrategia reproductiva inconsciente)».

Alberto Gómez, Libertad Digital, 09-03-2011

Pues otra cosa que aprendemos, queridas niñas y queridos niños (que diría Wyoming), el hombre viola por lógica evolutiva y cuando está en peligro de muerte. Así que, malas mujeres, no pongáis al hombre en peligro de muerte si no queréis ser violadas. Gómez dixit. No voy a publicitar las burradas misóginas de Sostres u otro tipo de especímenes machistas, pero el libro de Izquierdo, si tienen estómago suficiente, es muy recomendable.

A votar!

Las elecciones del 20N no son unas elecciones cualquiera, en las elecciones del próximo domingo nos jugamos mucho. Nos jugamos el enfoque del modelo político-económico que ha de regir en nuestro país en los próximos años, nos jugamos la forma en la que saldremos de la crisis (ahogando los derechos de ciudadanía o apostando por un cambio de modelo productivo), pero nos jugamos mucho más que la creación de 5 millones de puestos de trabajo (algo que no va a hacer ningún partido político de la noche a la mañana), nos jugamos nuestros principios éticos y jurídicos: nos jugamos la igualdad. Y las mujeres nos jugamos más que nadie:

– Nos jugamos el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y sobre nuestros derechos sexuales y reproductivos.

– Nos jugamos las leyes que han venido a dar garantías jurídicas a nuestros derechos: la Ley de Igualdad, la Ley integral contra la violencia de género.

– Nos jugamos la atención a la dependencia (recordemos que la mayoría de cuidadoras de personas dependientes son mujeres).

– Nos jugamos los Servicios Sociales, la Sanidad, la Educación,… PÚBLICAS!

– Nos jugamos que las personas homosexuales puedan contraer MATRIMONIO si así lo desean.

– Nos jugamos servicios públicos para favorecer la conciliación de la vida personal, familiar y laboral. Nos jugamos verdaderas políticas que fomenten la corresponsabilidad,…

Y como nuestros derechos, MIS DERECHOS, no son un juego, mi voto estará con quien creo que mejor puede garantizarlos, mi voto será útil y apoyará a RUBALCABA. Quizás en otra coyuntura me hubiera planteado apoyar otras iniciativas progresistas más minoritarias, pero no ahora. Cuando me levante el 21 de noviembre quiero sentirme segura; segura de que los derechos que a las mujeres nos ha costado tanto conquistar no serán barridos de un plumazo (plumazo del ala de una gaviota). Dicen que el PP da seguridad a los mercados, yo quiero una alternativa política que dé seguridad a las PERSONAS.

Sé que hay mucha gente desencantada con la política, indignada con el Gobierno (que no es culpable de la crisis, por cierto), pero si queremos evitar indignarnos aún más cuando comiencen a derribar el Estado de Bienestar, el 20N tenemos la oportunidad de hacer algo. Y el voto nulo o en blanco no logrará cambiar las cosas. Una mayoría absoluta del PP sería lo peor que le podría pasar a este país en mucho tiempo (aunque en la TDT-party se empeñen en afirmar lo contrario).

Yo el 20N voy a votar, confío en que las personas progresistas de este país (que somos mayoría) hagan lo mismo.

Con Rubalcaba

Una debería entrenarse para saber qué decir en encuentros imprevistos y no quedarse “in albis” frente a una persona que admira. Sólo he tenido dos momentos auténticamente “friki” en mi vida: cuando conocí a Lila Downs y cuando sólo he podido decir a Rubalcaba “gracias por luchar por los derechos de las mujeres” (o algo así), en un momento de disociación cognitiva, ya que podía haber dicho: gracias por apostar por nuestros derechos (puesto que yo también soy mujer); o gracias por garantizar mayores derechos para la población LGTB; o gracias por incrementar los recursos y la protección a las mujeres víctimas de violencia de género; o gracias por mejorar nuestros derechos sexuales y reproductivos; o gracias por ocuparse de la identidad de género y la transexualidad; o gracias por la Educación para la Ciudadanía,… pero claro, si le hubiera dicho tantas “gracias”, hubiera perdido, sin lugar a dudas, el avión para Gran Canaria.

También le tendría que haber dado las gracias por el proceso de trabajo que ha conducido al fin de ETA o por su larga trayectoria y compromiso con los ideales de igualdad y justicia social. Así que todo lo que no pude decir ayer (y más que seguro se queda en el tintero), lo recojo hoy por aquí, para que al menos quede constancia, y de paso “fardar un poquillo” del encuentro improvisado con Rubalcaba (y gracias a Lola Padrón por su sororidad y complicidad con las mujeres feministas que esperábamos en el parking del Auditorio).

No me resigno

Estamos a menos de un mes de las elecciones generales del 20-N y no me resigno a las encuestas, a los comentarios, a quienes dan por hecho un triunfo de la derecha. No me resigno a pensar que en este país la gente no sea capaz de analizar las acciones de la derecha y las acciones de las fuerzas progresistas. No, no me resigno a vivir en un país gobernado por quienes están desmantelando el estado de bienestar en las Comunidades Autónomas donde gobiernan, no me resigno a perder Servicios Sociales, escuelas públicas y centros sanitarios públicos en favor de conciertos con amiguetes de la privada, o de la directa privatización de lo público. No me resigno a que mis derechos de ciudadanía los dicten los obispos, cuando una lleva tanto tiempo militando para que «quiten los rosarios de nuestros ovarios». No me resigno a que la unión de las personas homosexuales deje de llamarse matrimonio si así lo desean, no me resigno a que no puedan adoptar y formar una familia, tan digna y tan válida como cualquier otra; no me resigno a que los derechos de las mujeres víctimas de violencia de género den un paso atrás; no me resigno a que en las escuelas se deje de hablar de ciudadanía o a que las personas no puedan comunicarse en su lengua materna porque se imponga el pensamiento (y la lengua) única. Tampoco me resigno a que no pueda tener derecho a una muerte digna, a que no existan leyes que garanticen la igualdad de trato,… y no, no me resigno a que las mujeres no podamos decidir sobre nuestro cuerpo, sobre nuestra sexualidad y sobre el número de hijas/os que deseamos tener.

Todo el mundo dice que Zapatero lo ha hecho fatal; el discurso alentado por la derecha y la «TDT-party» lo culpa de todos los males de nuestro país, obviando el papel de los mercados, la banca, el capital,… en el desaguisado en que nos encontramos. Sólo hace falta echar un vistazo a nuestros países vecinos para ver cómo ha gestionado la derecha la crisis: privatizaciones, despidos, recortes de derechos,… Si bien es cierto, que en España no nos hemos quedado al margen de los recortes, lo cierto es que la crisis para algunas personas es más psicológica que real. Y si ahora estamos así, ¿realmente hay quien piensa que la derecha nos va a solucionar todos nuestros problemas? ¿Realmente hay quien piensa que la derecha se va a aliar con las clases más desfavorecidas en lugar de aliarse con el capital?

Me indignan lxs indignadxs; me indigna quien piensa que todos los partidos son iguales y son incapaces de construir una propuesta política alternativa, potente y con capacidad de gobierno. Creo en la democracia participativa, pero para estar con el culo plantado en una plaza debatiendo propuestas que no parecen llegar a ningún sitio, trabajo en el día a día para construir un mundo diferente. El 20-N no es una fecha cualquiera, el 20-N se decide qué ideología va a marcar la hoja de ruta de este país en los próximos años. Y no, no es lo mismo una ideología de izquierda que una de derechas, no es lo mismo un talante negociador y dialogante que un talante (?) impositivo y dictatorial al servicio del mercado y de la iglesia. Quizás haya que recordar la coherencia de quien dijo que iba a retirar las tropas de Irak y lo hizo, de quien hizo de la lucha contra la violencia de género la primera Ley de la pasada legislatura, de quien apostó por la igualdad entre ambos sexos como enseña de sus políticas (aunque se contradijera posteriormente con la supresión del Ministerio de Igualdad, pero lo cierto es que las acciones a favor de la igualdad siguen presentes. ¿Dónde están los organismos de Igualdad en las Comunidades gobernadas por el PP? Os reto a buscarlos y ver dónde se sitúan en el organigrama de gobierno).

Tengo claro que en el 20-N mi futuro como ciudadana está en juego y si todas y todos tenemos claro lo mismo, debemos acudir masivamente a las urnas y votar alternativas progresistas, pero alternativas realistas con capacidad de gobierno. Desperdiciar un voto el 20-N, sí que le dará el triunfo a la derecha.

Un día histórico

He tenido el blog abandonado hace más de un mes porque la sobrecarga de trabajo no me deja mucho tiempo libre, pero hoy creo que merece la pena celebrar el anuncio de ETA sobre el cese definitivo de su actividad armada. A lo mejor es ser muy optimista, y conociendo la trayectoria de la banda terrorista y sus continuos incumplimientos de treguas, igual no es para echar las campanas al vuelo, pero lo cierto es que las condiciones actuales y el esfuerzo que se ha hecho para que llegara este día parece que están dando frutos. Ahora queda el proceso más complejo: negociar, dialogar, reparar daños,… porque el fin de ETA anuncia el principio de una nueva convivencia en Euskadi.

Y para que la felicidad sea completa, hay un tirano menos en el mundo, que también hay que celebrarlo, aunque una sea poco amante de la violencia. En fin, habrá que estar muy pendiente de los próximos acontecimientos.

Día de conmemoraciones

Qué estrés de día! Hoy se celebra la Diada catalana, en plena batalla lingüística, que una se pregunta, ¿qué manía tienen los fachas con querer homogeneizar a todo el mundo? El castellano ya está bastante afianzado, no se va a perder nuestro idioma porque en Cataluña hablen más en catalán que en castellano. También hoy se recuerda a las 20.000 víctimas del terremoto de Japón de hace seis meses. Pero la conmemoración «estrella», el 11-S que atrae todas las miradas, es el décimo aniversario del atentado contra las Torres Gemelas (y más, pero parece que el avión del Pentágono o el 93 de United pasaron más desapercibidos). Hoy toda la prensa nos interpela preguntándonos qué hacíamos ese día, yo ni me acuerdo, pero vamos, que tampoco me acuerdo de lo que hice ayer, con mi memoria de pez, no es extraño. Pero sí soy consciente de las consecuencias que han tenido los atentados. Si hubieran sucedido en Bangladesh, en Tayikistán o en Tombuctú, hubieran pasado sin pena ni gloria, aunque se hubiera masacrado a toda la población, pero Al Qaeda golpeó los Estados Unidos de América, y eso resultó imperdonable. Siempre ha habido clases, y un muerto estadounidense vale más que uno (o una) somalí, por ejemplo. Así que, durante unos años, los yankis nos tuvieron saliendo a la calle, día sí y día también, para gritar: ¡Guerra no, guerra no, guerra no! aunque el trío de las Azores (con Ansar de aliado) nos hiciera puñetero caso. Porque qué mejor respuesta a los atentados que una guerra, ya se sabe que la violencia hay que combatirla con más violencia, es lo más básico que te enseñan en 1º de Derechos Humanos, y qué mejor salida al arsenal armamentístico acumulado desde la Guerra Fría que ir a matar «terroristas» islámicos (bueno, y población civil a mansalva, pero eso eran daños colaterales sin importancia).

El 11-S dio paso a un nuevo orden mundial, un sistema belicista, imperialista, absolutamente patriarcal y conservador que trajo consigo la mayor crisis económica que mi antedicha memoria de pez recuerda. El mundo ha vivido con miedo durante una década, la extremas medidas de seguridad (¿?) aeroportuaria, por ejemplo, no impidieron el trágico atentado que sufrimos en España otro día 11, el 11 de marzo de 2004. Sin embargo, la paranoia contra todo lo que sonara árabe aumentó, la islamofobia se disparó y prácticamente toda persona con un atuendo no occidental se consideraba un/a terrorista en ciernes.

Y así vamos pasando los aniversarios, en un mundo cada vez más convulso, en manos de tiburones financieros, con mayores pérdidas de democracia, con el desmantelamiento de los Estados de Bienestar,… porque lo que importa ya no son las personas, son las grandes multinacionales.

Y mientras fijamos la vista en los haces de luz que parten de la zona cero del World Trade Center, nos olvidamos de otro aniversario que ocurrió también un 11 de septiembre de hace 38 años, en 1973, en un país no tan «poderoso» como EE.UU., en Chile, pero que supuso un auténtico mazazo a la democracia: el golpe militar contra Salvador Allende. Pero claro, Chile no es EE. UU. (afortunadamente) y la gente tiene poca memoria histórica. Y si en este mundo hay algo que merece la pena conservar es la memoria. Quizás sea lo único que impida que volvamos a cometer los mismos errores.

Verano literario

Se acaban las vacaciones, al menos para mí. Ha sido un verano movidito en cuanto a sobresaltos económicos, visitas papales y agresiones policiales (me ha salido una rima sin querer) y productividad literaria (en mi caso, que no me he ido a ver al Ratzinger (sólo me faltaba eso!!!) ni tengo nada que ver con «la prima de riesgo»). Además de escribir, me he dedicado a leer, y en eso sí que me ha cundido el verano. Entre viaje y viaje al Hospital (que también he tenido un verano «medicalizado») y viaje y viaje a la piscina y a la playa (porque irme a Barcelona de congreso no lo considero «vacaciones»), he «devorado» unos cuantos libros, así que allá van algunas recomendaciones:

– Comencé en julio por un libro, «archisugerido» por varias compañeras desde hace tiempo, que no me había animado a leer, La soledad de los números primos de Paolo Giordano y la verdad es que me sorprendió gratamente. No suelo leer «fenómenos editoriales» y «éxitos de venta» porque siempre acaban decepcionándome, pero en este caso, me ha gustado.

– Continuamos con la novela negra nórdica, a la que me he aficionado muchísimo últimamente. Dos han sido las «víctimas» de este verano: Las alas del dinosaurio de Sissel-Jo Gazan (muy recomendable) y Hablaré cuando esté muerto de Anna Jansson, un poco flojillo para mi gusto, pero bueno, se puede leer. (Aunque no los he leído este verano, me ha gustado mucho toda la saga de Camilla Läckberg).

– Entre novela y novela, intercalamos algún ensayo sobre coeducación (trabajo «obliga») y releímos muuuucho y leímos, por primera vez, La coeducación en la escuela del siglo XXI de Pandora Mirabilia (Coop.), y bastante completo en lo que a coeducación se refiere.

– Para no saturarnos con el trabajo, volvemos a la literatura y a un gran descubrimiento: la vida de Leonora Carrington de la mano de Elena Poniatowska. Su novela Leonora sobre la vida de la genial pintora surrealista es absolutamente deliciosa y recomendable. Y de la mano de otra gran mujer, a la que admiro profundamente, podemos descubrir la vida de Alfonsina Storni. La novela Una gasa delante de mis ojos de Elsa López realiza un brillante recorrido por la vida de la inigualable poeta y escritora argentina.

– Y finalizamos el verano con poemas, para aportar el tinte romántico y melancólico a la vuelta al trabajo. Sólo de amor, una antología poética de Elsa López están cerrando (aún no lo he concluido) el final del verano, que ha cundido, literariamente hablando.

Y es que no hay nada mejor que irse a la playa (o piscina) con un libro. Desentumece las neuronas, que no viene mal de vez en cuando (especialmente a quien no tiene costumbre de leer). Así que ya lo saben, en lugar de irse de botellón, pongan un libro en sus vidas (bueno, y luego si quieren, pueden irse de botellón, que no estoy yo pa’ prohibiciones).

Las nuevas cruzadas

Imaginen por un momento que Zapatero acude a Francia o a Alemania y les dice a Sarkozy o Merkel que las leyes de sus respectivos países son una porquería y que más les valiera funcionar con los rectos valores que difunde España. ¡Se crearía un incidente diplomático de tres pares de narices! Aquí viene el jefe del Estado más diminuto del mundo, pone a caldo nuestras leyes democráticas y no pasa nada, es más, le reciben con todos los honores y se pasa unos días poniéndose «morao» con las viandas españolas mientras en Somalia se mueren, literalmente, de hambre.

Que Madrid sea una ciudad sitiada por miles de jóvenes ultracatólicos (en su mayoría) podría «tolerarse» (¿?) pero lo que resulta del todo intolerable es el acoso policial a quienes no forman parte de las JMJ, siglas, por otra parte, a las que les falta una C. Naciones Unidas declaró el 12 de agosto «Día Internacional de la Juventud», y la iglesia católica se arroga el derecho de montarse un chiringuito sólo para los suyos, las/os jóvenes no católicas/os (que por otra parte, son mayoría en el mundo, no cuentan). Las JMJ deberían llamarse Jornadas Mundiales de la Juventud Católica (JMJC), así quedaría más claro de lo que se trata y más evidente lo excluyente del asunto.

Los medios recogen estos días ejemplos de la brutalidad policial y no pasa nada, al contrario, el Defensor del Menor de Madrid va a investigar el acoso a los/as peregrinos/as. Esto es el mundo al revés. Partiendo de que rechazo cualquier forma de violencia, venga de peregrinos/as o de laicos/as, me parece que este último colectivo merece acogerse también a la libertad de expresión. No comparto la provocación como estrategia defensiva ni para llamar la atención sobre una idea, creo que hay fórmulas más asertivas y pacíficas para divulgar formas de pensamiento alternativas, y creo que en la marcha laica se produjeron conatos violentos no deseables, pero creo que intentar sacar unas fotos no merece la desproporcionada y violenta respuesta que vivió Daniel Nuevo. Todavía estoy esperando (y esperaré sentada) una condena papal a la brutalidad policial. Esos que proclaman caridad y amor, huy que no, que esos valores ya los han olvidado, ahora proclaman «radicalidad cristiana«, que todavía no sé muy bien qué es, ¿será negar derechos sexuales y reproductivos, rechazar la homosexualidad, la educación para la ciudadanía,…? ¿Será posicionarse en contra de los métodos anticonceptivos y conducir a la muerte segura a miles de mujeres por abortos clandestinos? ¿Será propagar la pandemia del VIH-SIDA por negar el uso del preservativo? ¡No, no puede ser que unas personas tan buenas, que dicen defender los «valores cristianos» hagan eso! Esa iglesia tan buena que ama tanto a los niños y a las niñas, tanto, tanto y tanto que lleva siglos abusando de ellos/as (creo que los escándalos por pederastia son la punta del iceberg), esa iglesia tan, tan buena que tiene una historia de amor, caridad y perdón intachable, que promovió la quema en la hoguera de miles de mujeres acusándolas de brujería, que masacró pueblos enteros con el fin de llevar su mensaje de buena voluntad a todas partes,… en definitiva, esa iglesia tan buena que siempre se alió con dictadores en lugar de con los/as oprimidos/as (dejo al margen, por supuesto, a quienes dentro de la iglesia sí han luchado en contra de la jerarquía eclesiástica, teología de la liberación y cristianos/as de base que tienen otra forma de pensar y actuar). Porque yo no creo que «iglesia somos todos/as», porque ni la propia iglesia se lo cree, creo que la jerarquía olvida a sus bases y de cuando en cuando organiza actos multitudinarios para ofrecer al mundo una expresión de la fuerza que hace mucho ya perdió.

Me asombra también la manipulación y la desinformación del 15-M, que dicen que la «izquierda detesta a la iglesia católica por colaborar con la dictadura franquista» o que «la izquierda española rechaza toda forma de espiritualidad», ¿pero de qué izquierda hablan? ¿quién se cree con el derecho de afirmar que la izquierda rechaza formas de espiritualidad? ¿Lo dice una persona en una asamblea y ya tiene eco mediático? La izquierda lo que siempre ha rechazado son las injusticias, las jeraquías y la opresión de una mayoría por una minoría (entre otras cosas). No deja de resultar curioso que el 15-M esté tendiendo puentes hacia la JMJ. Yo creo que hay pensamientos tan discrepantes que por mucho que se tiendan puentes nunca se van a alcanzar, quizás los de ciertos sectores del 15-M no estén tan alejados de los de la iglesia, y eso me preocupa. Y mucho.

Las creencias religiosas siempre me han parecido un tema apasionante, y lo que se llega a hacer en su nombre un tema del Tribunal Penal Internacional, pero ahora estamos asistiendo a una nueva cruzada de evangelización contra la descreída España (encarnada por un diablo con cuernos llamado Zapatero que hace leyes muy malas que promueven la igualdad) y todo el mundo tan contento procesionando un vía crucis. ¡Qué miedo! De ahí a las nuevas hordas posfranquistas sólo hay un paso (recordemos quién procesionó a Franco bajo palio).

Sólo espero que el subidón papal se les vaya pronto a los/as jóvenes, que se vuelvan a casita tan contentos/as como si hubieran estado en un festival de los Rolling y vivan el espejismo de sentirse fuertes siendo una minoría, y nos dejen al resto seguir apostando por la democracia, por la igualdad, por el diálogo intercultural y por la libertad (para todas y para todos, independientemente de su sexo, edad, orientación sexual, procedencia geográfica,… como garantizan las Constituciones de los estados democráticos que a la iglesia católica le traen al pairo).