Papá ha matado a mamá… y otras cuestiones trascendentes

Comenzamos el curso escolar con un nuevo asesinato por violencia de género. Esta vez cercano, en mi zona de trabajo. El 12 de septiembre la vida de Mª Fernanda fue trágicamente segada por su pareja. Dejó dos niños de 5 y 7 años. ¿Cómo se le explica a un niño o una niña que su padre ha matado a su madre?

La dramática realidad de la violencia de género deja múltiples huellas. La terrible huella de la ausencia, de quien estuvo y ya no está, pero también la huella de quien se queda y pierde a sus seres más queridos.

Se trabaja poco con la infancia víctima de violencia de género, se previene poco (y a veces nada) esta forma de violencia desde los contextos escolares o comunitarios. Dentro de un par de meses conmemoraremos un año más el «25 de noviembre» y será el día que recordemos el terror que viven millones de mujeres a diario (y nos olvidaremos un poco del terror que también viven sus hijos e hijas). Se harán carteles, folletos, charlas, talleres,… y se prevendrá la violencia de género un día al año, pero… ¿qué pasa con los 364 restantes?

La escuela desempeña un papel fundamental en esta prevención pero en el caso de Canarias resulta difícil encontrar en la Consejería de Educación recursos apropiados para aplicar esa prevención en las aulas. Sólo un ejemplo: les invito a «navegar» por la web de la citada Consejería y a encontrar los materiales sobre coeducación y prevención de la violencia de género que tienen (es algo así como «¿Dónde está Wally?» pero más «instructivo»). Hace unos pocos años podíamos encontrar una amplia variedad de documentos pero con la crisis ya se sabe: se reducen hasta las neuronas.

En fin, cambiando de tema. Parece que por fin tenemos proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo y a partir de la aprobación en el Consejo de Ministros/as del pasado sábado 26 comenzará su tramitación parlamentaria. ¡Menuda reacción «derechosa» y fundamentalista católica nos espera a partir de ahora! Claro como los prohombres del clero han decidido que lo suyo de la pederastia es una minucia y que no se llama pederastia sino «efebofilia» (nunca te acostarás sin aprender algo nuevo), pues claro, nada mejor que hacer que dedicarse a combatir a esas impías mujeres abortistas, que esas sí que son malas, y no los «efebófilos», pobrecillos! si en el fondo lo que tratan de hacer es revitalizar la cultura grecorromana (por lo del efebo, y tal).

En fin, que vaya mes y vaya comienzo de curso, y para aderezar, entre violencia y violencia, unas cuantas corruptelas más que… total, es dinero público!

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