016… ¿para todas?

Hace algunos días escribí en mis redes sociales un comentario sobre mi experiencia (nefasta) en una llamada al 016. Llamé para pedir información sobre recursos para un caso de violencia machista, se quedaron con mi teléfono y nunca devolvieron la llamada. Dado que soy una profesional autónoma, tengo otras formas de “buscarme la vida” para conseguir mi objetivo, pero lo triste es que a raíz de mi post, numerosas mujeres, incluidas víctimas de violencia, comentaron que su experiencia había sido similar, que no funciona, que no te apoyan,… Y eso sí es muy preocupante.


Las administraciones públicas venden a las mujeres víctimas de violencia que no están solas, cada vez que sale cualquier información mediática sobre el tema en televisión, aparece un faldón informativo con el 016 de marras, animando a que lo usen… ¿Y si lo usan y no hay respuesta? ¿Y si lo usan y las mujeres no se sienten acompañadas, escuchadas, orientadas,…? ¿Qué ocurre si el primer contacto de una víctima de violencia con el sistema es negativo?
No me preocuparía si fuera un caso aislado, pero he escuchado demasiados testimonios en esta línea, testimonios de mujeres que se sienten abandonadas por quienes han de garantizar sus derechos, que perciben que la justicia no está de su lado, que no pueden solas enfrentarse a un sistema (patriarcal) que las cuestiona mientras los agresores salen impunes. Es tal la sensación de indefensión y agotamiento que tiran la toalla e intentan sobrevivir como pueden.
Creo que el sistema está fallando a las mujeres, y últimamente lo percibo con mayor virulencia y claridad; se invierte dinero público en campañas pero lo que hay detrás no es real, lo que hay detrás son trabajadoras precarias desbordadas que no pueden más; lo que hay detrás son listas de espera kilométricas que no responden a las necesidades inmediatas de las mujeres; lo que hay detrás son ayudas miserables que no logran la verdadera autonomía de las supervivientes de violencias machistas. Lo que tenemos delante es un escaparate de buenas palabras y fuegos artificiales, lo que hay detrás es la pólvora estallando en los rostros de miles de mujeres.
Cuando parece que nuevas leyes incrementan nuestra protección, nuevos subterfugios patriarcales las esquivan. Los privilegios de los “pater familias” siguen inamovibles y ahí resiste el inexistente “SAP” (Síndrome de Alienación Parental) con otros nombres y con otras respuestas contra las mujeres-madres protectoras de sus criaturas. La nueva figura del coordinador o coordinadora de parentalidad, sin ningún tipo de respaldo normativo ni profesional, es un buen ejemplo de ello. Da la sensación de estar constantemente luchando contra los elementos, avanzamos un paso y nos hacen retroceder dos, empujamos para seguir avanzando y nos tropezamos con techos de cristal, con muros de hormigón y suelos pegajosos. Si las que somos privilegiadas porque tenemos formación, recursos económicos y autonomía estamos terriblemente rabiosas, frustradas y agotadas física y mentalmente, no podemos llegar a imaginar la rabia, frustración y dolor que experimentan las supervivientes de violencias machistas que ven ninguneados sus derechos a diario.
Con esto no quiero decir que el sistema no responda a muchas mujeres, pero no responde a todas, y mientras una mujer, sólo una, se sienta vapuleada por el mismo, hay que cuestionarlo y transformarlo. Creo que, tal y como afirmé en redes, la alternativa pasa por las alianzas entre nosotras, por la sororidad feminista y el apoyo mutuo. Y por seguir exigiendo, reivindicando mejoras y cambios profundos, por seguir luchando para derribar el patriarcado. Las que tenemos voz y medios para que se nos escuche estamos obligadas moralmente a ser el altavoz de quienes no disponen de esos recursos. La vida y los derechos de las mujeres están en juego.

2 comentarios sobre “016… ¿para todas?”

  1. Querisa María, el día 14 de febrero de 2020 llamé al 016 y una abogada me asesoró: ¿Cómo ha podido echar de su casa a su marido? Eso es un delito, echarlo de noche de su casa. Por mucho que le narré el episodio de maltrato físico y verbal que quise que no fuera a mayores. Esa respuesta me la dieron a la mañana siguiente a las 07:00h wue es cuando se incorporaba el equipo jurídico para atender las llamadas. La noche anterior sobre las 22:00h no me dieron ningún tipo de ayuda, ni emocional siquiera. Si ya estaba el agresor fuera de casa, podía esperar a la mañana siguiente y volver a marcar el 016.
    Recuerdo que esa noche fue una de las peores de mi vida, me sentí pequeñita.
    Llevo 16 meses fuera de casa, la justicia lo amparó a él. Ni en mis peores pesadillas supose verme tan vulnerable siendo víctima de violencia machista.
    Espero al juicio del divorcio que se celebrará en octubre en el Juzgado de Violencia cobtra la Mujer
    Un abrazo, María.

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