Semana de pasión

La primera acepción del término pasión en el Diccionario de la Real Academia Española es “acción de padecer” y padecer se define según el citado DRAE como:
1. tr. Sentir física y corporalmente un daño, dolor, enfermedad, pena o castigo. U. t. c. intr.
2. tr. Soportar agravios, injurias, pesares, etc. U. t. c. intr.
3. tr. Sufrir algo nocivo o desventajoso. Padecer engaño, error, equivocación.
4. tr. sufrir (‖ tolerar).

El término “pasión” en el contexto judeocristiano se asocia a la pasión de Jesucristo, un señor que supuestamente resucitó al tercer día tras ser crucificado y se convirtió en el germen de una religión cuyo mensaje se basaba en el amor, la compasión, la ayuda a quienes lo necesitan,… ya lo decía Mateo en sus bienaventuranzas:
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.

Sí, una atea en domingo de ramos citando las bienaventuranzas… Es que a esta atea que no se rige por los mandatos eclesiásticos (ni de género, ni por cualquier otro que vaya en contra de mi libertad y los derechos humanos) se le revuelven las entrañas cada vez que ve una imagen de una criatura siria refugiada aterida de frío mientras lxs psicópatas que nos gobiernan miran hacia otro lado en esta Europa cristiana cuyo amor, compasión y ayuda brillan por su ausencia. Esta semana, miles de personas en este país, y en otros de tradición católica de esta Europa nuestra, saldrán a la calle detrás de imágenes de madera mientras personas de carne y hueso son crucificadas en suelo europeo por la incompetencia, la negligencia y el egoísmo de nuestros gobernantes. Mientras millones de personas en Europa se ofrecen a acoger, nuestros dirigentes cierran fronteras y expulsan a las personas refugiadas a Turquía (país que no se caracteriza precisamente por un estricto cumplimiento de los Derechos Humanos), mientras se cerraba el acuerdo de la vergüenza, las lluvias anegaban los campamentos y los medios de comunicación nos hacían llegar imágenes desoladoras. La impotencia y la rabia se han apoderado de muchas personas que no nos identificamos con esta Europa del capital que abre las fronteras al dinero y las cierra a las personas. Estamos construyendo un mundo asqueroso, escenas que se han visto en los campamentos no se diferencian mucho de la Alemania nazi, con la salvedad que ahora el nazismo lo practican todos juntos en connivencia.

Así, esta semana muchas/os sufrirán la pasión, pero mientras unos se colocarán un capirote en la cabeza, al más puro estilo Ku Klux Klan, se flagelarán y exhibirán la “bondad” del catolicismo, otras/os sufrirán agresiones sexuales (la doble vulnerabilidad: ser mujer y refugiada), hambre, frío, pérdidas que habrán dejado en el camino,… mientras Europa ni sacia, ni consuela ni ofrece nada a las personas que vienen buscando su particular “reino de los cielos”, huyendo de la devastación y la guerra.

El derecho de asilo, los Derechos Humanos, la Europa social,… papel mojado en esta semana santa pasada por agua que se intercambia personas como si fueran mercancía. Algo estamos haciendo muy mal… y las niñas y niños que hoy hacen kilómetros bajo el frío y la lluvia en busca de una vida mejor ya se encargarán de recordárnoslo en el futuro.

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