Demagogia fascista

Cuando la apisonadora del PP haya aplastado durante los próximos años nuestro país y nuestros derechos, se hará realidad, pero en sentido inverso, aquella histórica frase de Alfonso Guerra que decía «a España no la va a conocer ni la madre que la parió». Desmantelar el Estado de Bienestar que tanto ha costado construir les está resultando muy fácil, terriblemente fácil. Volver a construirlo puede no ser rápido ni sencillo.

El 19 de abril, el Presidente del Gobierno tenía la desfachatez de pedirle a la ciudadanía un esfuerzo más «porque no hay dinero para servicios públicos«, sin embargo, el PP ha tenido (y sigue teniendo) dinero para aeropuertos sin aviones, para banderas gigantes de España, competiciones de regatas, parques temáticos o jardines aéreos. No sabría cómo calificar esto: ¿indecente, inmoral, impresentable,… fascista? Mientras el PP se llena la boca pidiéndonos esfuerzos a la clase trabajadora, por detrás despilfarra el dinero que nos roba de nuestro trabajo, de nuestras pensiones o de nuestros impuestos. Y estoy harta. Estoy rabiosa, estoy indignada y estoy desencantada. Indignada porque le están metiendo mano a todo, no están dejando títere con cabeza: la educación, la sanidad, la radiotelevisión pública (vuelve el NODO!!!), los derechos laborales,… Y lo próximo: los derechos de las mujeres y de la población LGTB (Ley de Salud Sexual y Reproductiva, leyes de igualdad y contra la violencia de género, ley de matrimonio igualitario,..). Mientras el PP protege el derecho de los no nacidos, a quienes estamos vivos que nos den morcillas!, bueno, ni eso, que con los recortes ni pa’ comida vamos a tener. Desencantada porque la ciudadanía parece que se lo está tomando con bastante parsimonia, todavía no se ha okupado la Puerta del Sol como hace unos cuantos meses (¡curioso!, no?), a los sindicatos no se les oye desde la huelga general y la derecha campa a sus anchas por encima de nuestra dignidad, nuestros derechos y nuestros salarios.

Con los futuros recortes en educación vamos a crear la generación de «totufos/as» 2.0 más «avanzada» de Europa, si no del mundo, futuros candidatos y candidatas a «Gran Hermano» edición 200, que eso sí, recortar, recortamos, pero a la panda de impresentables que llena nuestras pantallas y que se embolsa cuantiosas sumas por soltar barrabasadas y machistadas un día sí y otro también, les seguimos creando audiencia, y no nos planteamos que contribuyan al maltrecho Estado de Bienestar con generosas donaciones.

Tampoco se plantea el Gobierno demasiadas medidas para reducir el fraude fiscal, la economía sumergida, las cuentas en Suiza y todas esas «menudencias» que reportarían a las arcas públicas sustanciosos ingresos sin tener que tocar nuestros bolsillos. Tampoco el Gobierno va a tocar a la intocable cúpula de la iglesia católica. Sólo con que la sacrosanta institución que ahora influye en las políticas gubernamentales pagara el IBI, igual las y los pensionistas podrían seguir accediendo libre y gratuitamente a sus medicamentos. Pero ya sabemos por dónde van las prioridades políticas de quienes nos gobiernan.

Y es que esto, queridas niñas y queridos niños (que diría Wyoming), es un tema ideológico. Profundamente ideológico: la derecha siempre se ha aliado con los mercados y con la jerarquía católica, y el bienestar de la ciudadanía le ha importado tres pimientos. Sólo importa el bienestar de los suyos (banqueros, políticos y cardenales y obispos varios), mientras el malestar de los/as demás crece de manera directamente proporcional a sus desmanes.

La última gota que sigue llenando el vaso es la nueva reducción salarial del personal público (en Canarias, se supone que a consecuencia de los recortes estatales). Hoy me decía una amiga que trabaja en el mismo sistema que yo, el educativo público, ese que están desmantelando a pasos agigantados, que ya no sabía qué tenía que cobrar con tanto recorte, que ya había perdido el norte sobre cuál debería ser su salario en estos momentos sin congelaciones ni recortes. Yo voy a empezar a perder el norte también. A este paso me veo cual Michael Douglas en «Un día de furia» o cual Froilán en un día de caza, con una escopeta y empezando a pegar tiros a diestro y siniestro.

Porque es frustrante; es frustrante tener dos carreras universitarias, dos máster, un programa de doctorado, miles de horas de formación continua y cobrar lo mismo que una recepcionista de un hotel (con todos mis respetos para la recepcionista y sin querer decir que su salario deba disminuir), pero un puntito de mayor equilibrio debería haber, digo yo. Porque, ¿debido a qué extraña razón un asesor o una asesora de un político de turno puede cobrar en torno a 5.000 €/mes y esta que está aquí (que puedo asegurar que sé más que muchos/as asesores/as) cobraría 1.500 € con el nuevo recorte?

Tal vez deberíamos plantearnos la funcionalidad / utilidad de determinado personal de la Administración Pública. Porque digo yo, si hay personal técnico, ¿para qué se necesitan asesores/as? ¿Es que el personal técnico no sabe? Pues que se forme, y si no, a la puñetera calle y se contrata a gente cualificada (que hay mucho paro), lo que no puede ser es que por encima de una técnica o un técnico de base, exista una caterva de mandos intermedios y asesores/as hasta llegar a quien toma las decisiones políticas. Quizás ahí se está despilfarrando mucho dinero público que se podría reconducir de otra manera: manteniendo un salario digno para el personal que nos educa, para el personal que cuida nuestra salud,… Porque sinceramente, no lo entiendo, no entiendo que una maestra pueda llegar a cobrar al paso que vamos 1.600 € y un político cobre 6.000 €, hay un «pequeño» desfase, ¿no? Tal vez sería más equilibrado que la maestra cobrara 2.500 € y el político 3.000 € (por ese plus de toma de decisiones, aunque invitaría a unos cuantos a estar un día en un aula y analizar dónde se toman decisiones más importantes).

No sé, como cuando escribo en este blog lo hago de forma visceral, igual si me sereno veo las cosas de otra forma, pero últimamente serenarse es difícil; cada vez que abro la prensa, me encuentro con una noticia poco tranquilizante. Ante el nuevo recorte que se plantea el Gobierno de Canarias, Intersindical ha hecho una propuesta bastante interesante (si hubieran hecho un uso no sexista del lenguaje ya sería la leche!!!).

En fin, seguiremos resistiendo los embates de las fuerzas del mal (leáse PP), y luego decían que Zapatero tenía la culpa de todo. Ainssss.